mariguanol Este es uno de los productos que se utiliza para aliviar dolores.
El cannabis es una planta muy versátil. El cáñamo tiene un tallo de fibra muy fuerte que se usa para hacer sogas, tela y papel. Al secar la planta, las hojas y las flores se usan como marihuana con fines psicoactivos y medicinales. Las raíces de la planta también se usan para elaborar medicamentos, y los chinos de la antigüedad usaban la semilla como alimento. Las semillas de cannabis todavía se usan para extraer aceite y como alimento para animales.
Las dos especies más frecuentes son el cannabis sativa y el cannabis indica. En el pasado la gente cultivaba el cannabis sativa para hacer cáñamo. En condiciones naturales tiene un tamaño de cinco a ocho metros y todavía crece silvestre como mala hierba en el sur de Estados Unidos. El cannabis indica se ha cultivado en todo el mundo principalmente por sus propiedades psicoactivas de sus resinas. Estos arbustos miden poco y son más robustos en apariencia que el cannabis sativa.
La planta cannabis contiene más de cuatrocientas sustancias químicas, varias de las cuales son psicoactivas. La más psicoactiva de todas es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), que se encuentra en la resina de la planta. La resina está concentrada en las flores. En una planta no fertilizada, proporciona una capa pegajosa que protege las flores del excesivo calor del sol y aumenta el contacto de los gronos de polen. Las hojas contienen una pequeña cantidad de resina, lo mismo que los tallos, pero las concentraciones en esta parte de la planta son tan bajas que el efecto intoxicante es relativamente bajo.
Hoy día se cultiva extensamente la cepa de las plantas de marihuana para la droga, pero la cantidad de THC presente en las flores de planta varía considerablemente. Además de la composición genérica de la planta, las condiciones de cultivo, el momento de la cosecha, el ambiente de secado y almacenado pueden influir significativamente en la potencia del producto final. A medida que la planta madura, el equilibrio de varias sustancias químicas en la resina cambia, como también lo hace la cantidad de resina que secretan las flores en la parte superior de la planta. Al comienzo de la maduración, predomina el ácido cannabiodiólico (CBDA), que se convierte en cannabidiol (CBD), y este a su vez se convierte en THC a medida que la planta logra su máxima floración.
El punto en que el CBD se convierte en THC determina en gran medida la "calidad de la droga de la planta. Cuando la planta madura en las etapas florales tardías y senescentes, el tetrahidrocannabinol (CNB). Una planta que se cosecha en los momentos álgidos de la floración tiene una alta proporción de CBD y CBN, y el efecto psicoactivo se describe como un efecto "claro", "limpio", con relativamente poco efecto residual. Pero algunos cultivadores permiten que la planta madure más allá de este punto para producir marihuana con un efecto más pesado o sedante. La diferencia entre las sensaciones asociadas con marihuana cosechada a tiempo o cosechada tarde se ha descrito como sentirse "subido" y sentirse "tronado."
La quema de marihuana para fumar produce cientos de compuestos adicionales. Cuando alguién fuma un porro, cientos y cientos de compuestos químicos penetran en el organismo. Sabemos que muchos de ellos actúan en diversos órganos y sistemas, pero no sabemos qué efectos tienen la mayoría de ellos ,bien sea en forma aguda o tras un consumo prolongado. Por lo tanto, muchos estudios científicos han limitado su enfoque al THC, permitiéndose así evaluar algunos de los efectos de los cannabinoides sobre el cerebro y el comportamiento.
Preparaciones de la droga
Los productos elaborados a partir de la planta de marihuana para efectos psicoactivos varían mucho en su contenido de THC y, por lo tanto, en su potencia psicoactiva.
La marihuana de baja calidad se elabora con hojas de ambos sexos de la planta. Estas hojas contienen muy poco THC en comparación con las hojas pistiladas de la planta femenina o con las hojas más pequeñas próximas al tallo. El contenido de THC de estas preparaciones puede ser del 1 por ciento o menos. Los fumadores a veces se refieren a este producto como marihuana o hierba del dolor de cabeza, porque al fumarla puede más bien dar jaqueca que bienestar.
La marihuana de calidad media se hace a partir de las flores secas superiores de las plantas femeninas de cannabis, cultivadas y fertilizadas por plantas masculinas. La fertilización limita la potencia psicoactiva de la marihuana porque las flores femeninas producen la resina que contiene el THC solo hasta la fertilización, momento a partir del cual la flor ya no necesita la resina protectora y comienza a producir la semilla.
La marihuana de alta calidad se obtiene con las partes superiores florecientes o "colas"de las plantas femeninas. La marihuana resultante se llama sinsemilla. Al madurar sin fertilización, las flores continuamente producen la resina para cubrir las flores delicadas y las hojas pequeñas que la rodean; las flores crecen en espesos racimos, cargados de resina. Cuando se cosechan estos "cogollos" y se secan, contienen un promedio de alrededor de 7 a 8 por ciento de THC. Algunas muestras de sinsemilla han dado un porcentaje hasta del 20 por ciento.
La marihuana con tan alto potencial se conoce como "marihuana del hospital", porque los fumadores ocasionales que esperan la ligera excitación de la marihuana de calidad media se asustan del efecto súbito y potente que produce la sinsemilla, entran en un estado de pánico y terminan en la sala de urgencias de un hospital. Realmente el mejor tratamiento para estos casos es una charla calmada y tranquilizadora con un amigo. La sensación de pánico surge de la pérdida inesperada de control, por lo que solo hay que asegurar al sujeto que está seguro y que no le pasará nada.
Algunos cultivadores de Estados Unidos que utilizan invernaderos controlados producen marihuana con concentraciones de THC hasta del 24 por ciento, pero el contenido de THC de la mayor parte de la marihuana local va del 2 al 5 por ciento. La marihuana de Estados Unidos de estos últimos años se considera diez veces más potente que la de los años sesenta y setenta, pero esta afirmación no es exactamente cierta. Desde la década de 1970, el contenido de THC de la marihuana incautada por las autoridades de Estados Unidos se mide de acuerdo con el proyecto de supervisión de potencia en Mississipi, un proyecto financiado por el gobierno. A comienzos de la década de 1970 generalmente registraban que las muestras de las incautaciones de marihuana contenían concentraciones bajas de THC, del orden del 0,4 a 1 por ciento. Pero esas muestras generalmente provenían de "ladrillos de un kilo" mexicanos, de escasa calidad y que contenían considerablemente menos THC que la mayor parte de la marihuana que se estaba fumando en esa época. Asimismo, no fue hasta finales de la década de 1970 cuando los productos de alta calidad para los fumadores como los cogollos y la sinsemilla se incluyeron entre las muestras analizadas por el proyecto de supervisión de potencia. Por ello, los valores aproximados del contenido de THC en la década de 1970 probablemente subestimaron el contenido medio de THC en la marihuana fumada de la época. Cuando unos laboratorios independientes analizaron las muestras de marihuana durante la década de 1970, los contenidos de THC resultaron ser considerablemente más altos que los registrados por el proyecto de supervisión de potencia, entre 2 y un 5 por ciento, los mismos que las muestras actuales. Después de 1980 las incautaciones de marihuana probadas por el proyecto de supervisión de potencia incluyeron muestras más representativas de lo que se encontraba disponible en la calle, y entre 1981 y 2000 el contenido de THC oscilaba entre un dos y entre un 5 por ciento, lo cual coincidía con las muestras de la década de 1970. De todas formas, los cultivadores de marihuana han mejorado su negocio, y es razonable afirmar que las concentraciones de THC en la marihuana con fines recreativos ha aumentado un poco.
El hachís se produce cuando la resina del cannabis se separa del resto de la planta. La forma más pura de hachís es prácticamente cien por cien resina. En la India este material de llama charas. La mayor parte del hachís, sin embargo, no es resina pura y contiene diversas cantidades de la planta, que parece una bola gomosa oscura, dura pero no quebradiza. El contenido normal de THC es de alrededor del 8 por ciento, pero puede variar hasta el 20 por ciento. El hachís se fuma en pipa o en cigarrillo liado con tabaco o marihuana de baja calidad. Una forma más tradicional de fumarlo es prender un pedazo pequeño y dejarlo quemar bajo un vaso o una taza. Luego el consumidor levanta el vaso e inhala el humo.
El aceite de hachís es la preparación más potente de la planta del cannabis. Después de hervir la planta en alcohol, se filtran los sólidos, y cuando el agua se evapora lo que queda es el aceite de hachís. Generalmente es una sustancia espesa como cera con un alto contenido de THC que oscila entre un 20 y un 70 por ciento. Puede rasparse sobre el receptáculo de una pipa para fumarlo o agregarlo a cigarrillos de tabaco o marihuana.
Hasta aquí la información tomada de COLOCADOS correspondiente a Dra. Cynthia Kuhn, Dr. Scott Swartzwelder, Dr. Wilkie Wilson.
El autor de este blog al presentar esta información lo que persigue es que las personas tengan indicadores contundentes y bien argumentados sobre esta sustancia que les permita discriminar sus la diversidad de efectos que produce y la relación que tienen estos con el porcentaje de THC, más la estructura física y psicológica de las personas que la usan. En definitiva, no toda sustancia denominada marihuana, contiene el mismo porcentaje de THC, y por consiguiente, sus efectos no serán los mismos en las personas que las usan.
Preparaciones de la droga
Los productos elaborados a partir de la planta de marihuana para efectos psicoactivos varían mucho en su contenido de THC y, por lo tanto, en su potencia psicoactiva.
La marihuana de baja calidad se elabora con hojas de ambos sexos de la planta. Estas hojas contienen muy poco THC en comparación con las hojas pistiladas de la planta femenina o con las hojas más pequeñas próximas al tallo. El contenido de THC de estas preparaciones puede ser del 1 por ciento o menos. Los fumadores a veces se refieren a este producto como marihuana o hierba del dolor de cabeza, porque al fumarla puede más bien dar jaqueca que bienestar.
La marihuana de calidad media se hace a partir de las flores secas superiores de las plantas femeninas de cannabis, cultivadas y fertilizadas por plantas masculinas. La fertilización limita la potencia psicoactiva de la marihuana porque las flores femeninas producen la resina que contiene el THC solo hasta la fertilización, momento a partir del cual la flor ya no necesita la resina protectora y comienza a producir la semilla.
La marihuana de alta calidad se obtiene con las partes superiores florecientes o "colas"de las plantas femeninas. La marihuana resultante se llama sinsemilla. Al madurar sin fertilización, las flores continuamente producen la resina para cubrir las flores delicadas y las hojas pequeñas que la rodean; las flores crecen en espesos racimos, cargados de resina. Cuando se cosechan estos "cogollos" y se secan, contienen un promedio de alrededor de 7 a 8 por ciento de THC. Algunas muestras de sinsemilla han dado un porcentaje hasta del 20 por ciento.
La marihuana con tan alto potencial se conoce como "marihuana del hospital", porque los fumadores ocasionales que esperan la ligera excitación de la marihuana de calidad media se asustan del efecto súbito y potente que produce la sinsemilla, entran en un estado de pánico y terminan en la sala de urgencias de un hospital. Realmente el mejor tratamiento para estos casos es una charla calmada y tranquilizadora con un amigo. La sensación de pánico surge de la pérdida inesperada de control, por lo que solo hay que asegurar al sujeto que está seguro y que no le pasará nada.
Algunos cultivadores de Estados Unidos que utilizan invernaderos controlados producen marihuana con concentraciones de THC hasta del 24 por ciento, pero el contenido de THC de la mayor parte de la marihuana local va del 2 al 5 por ciento. La marihuana de Estados Unidos de estos últimos años se considera diez veces más potente que la de los años sesenta y setenta, pero esta afirmación no es exactamente cierta. Desde la década de 1970, el contenido de THC de la marihuana incautada por las autoridades de Estados Unidos se mide de acuerdo con el proyecto de supervisión de potencia en Mississipi, un proyecto financiado por el gobierno. A comienzos de la década de 1970 generalmente registraban que las muestras de las incautaciones de marihuana contenían concentraciones bajas de THC, del orden del 0,4 a 1 por ciento. Pero esas muestras generalmente provenían de "ladrillos de un kilo" mexicanos, de escasa calidad y que contenían considerablemente menos THC que la mayor parte de la marihuana que se estaba fumando en esa época. Asimismo, no fue hasta finales de la década de 1970 cuando los productos de alta calidad para los fumadores como los cogollos y la sinsemilla se incluyeron entre las muestras analizadas por el proyecto de supervisión de potencia. Por ello, los valores aproximados del contenido de THC en la década de 1970 probablemente subestimaron el contenido medio de THC en la marihuana fumada de la época. Cuando unos laboratorios independientes analizaron las muestras de marihuana durante la década de 1970, los contenidos de THC resultaron ser considerablemente más altos que los registrados por el proyecto de supervisión de potencia, entre 2 y un 5 por ciento, los mismos que las muestras actuales. Después de 1980 las incautaciones de marihuana probadas por el proyecto de supervisión de potencia incluyeron muestras más representativas de lo que se encontraba disponible en la calle, y entre 1981 y 2000 el contenido de THC oscilaba entre un dos y entre un 5 por ciento, lo cual coincidía con las muestras de la década de 1970. De todas formas, los cultivadores de marihuana han mejorado su negocio, y es razonable afirmar que las concentraciones de THC en la marihuana con fines recreativos ha aumentado un poco.
El hachís se produce cuando la resina del cannabis se separa del resto de la planta. La forma más pura de hachís es prácticamente cien por cien resina. En la India este material de llama charas. La mayor parte del hachís, sin embargo, no es resina pura y contiene diversas cantidades de la planta, que parece una bola gomosa oscura, dura pero no quebradiza. El contenido normal de THC es de alrededor del 8 por ciento, pero puede variar hasta el 20 por ciento. El hachís se fuma en pipa o en cigarrillo liado con tabaco o marihuana de baja calidad. Una forma más tradicional de fumarlo es prender un pedazo pequeño y dejarlo quemar bajo un vaso o una taza. Luego el consumidor levanta el vaso e inhala el humo.
El aceite de hachís es la preparación más potente de la planta del cannabis. Después de hervir la planta en alcohol, se filtran los sólidos, y cuando el agua se evapora lo que queda es el aceite de hachís. Generalmente es una sustancia espesa como cera con un alto contenido de THC que oscila entre un 20 y un 70 por ciento. Puede rasparse sobre el receptáculo de una pipa para fumarlo o agregarlo a cigarrillos de tabaco o marihuana.
Hasta aquí la información tomada de COLOCADOS correspondiente a Dra. Cynthia Kuhn, Dr. Scott Swartzwelder, Dr. Wilkie Wilson.
El autor de este blog al presentar esta información lo que persigue es que las personas tengan indicadores contundentes y bien argumentados sobre esta sustancia que les permita discriminar sus la diversidad de efectos que produce y la relación que tienen estos con el porcentaje de THC, más la estructura física y psicológica de las personas que la usan. En definitiva, no toda sustancia denominada marihuana, contiene el mismo porcentaje de THC, y por consiguiente, sus efectos no serán los mismos en las personas que las usan.