EL RECEPTOR CEREBRAL PARA THC
Quizás el hallazgo más sorprendente de la investigación sobre cannabinoides ha sido el descubrimiento de un receptor cannabinoide en el cerebro. En los últimos años ha habido un extraordinario aumento de estudios sobre los receptores cannabinoides naturales del cerebro y las sustancias químicas que nuestro cerebro fabrica para interactuar con ellos ( los endocannabinoides ). Hay mucho interés en conocer cómo funcionan estos receptores y lo que hacen. La invstigación es nueva, pero parece que desempeñan un papel en numerosas funciones importantes como el aprendizaje, el control de la ansiedad y quizá en la respuesta a otras drogas como el alcohol. No es la primera vez que los investigadores localizan un receptor específico para sustancias vegetales. El receptor opiáceo que se descubrió hace años tiene que ver con la modulación del dolor y posiblemente con el estrés en general. Pero aunque tiene sentido que nuestro cerebro haya desarrollado un sistema químico para lidiar con el dolor, la razón por la que podría desarrollar un receptor para THC es menos clara, así como cuáles son las implicaciones de este estudio para los seres humanos.
Debido a que el cerebro proporciona sus propios receptores cannabinoides, también debe proporcionar su propio compuesto para activarlos. La anandamida (palabra que viene del sánscrito ananda que significa "felicidad") es una sustancia que se encuentra naturalmente en el cerebro, que se fija en los receptores cannabinoides.
Otro es el 2-AG, que también activa los receptores THC en el cerebro y está presente en cantidades 170 veces mayores que la anandamida. Seguramente habrá otros compuestos naturales porque se han descubierto varios subtipos de receptores cannabinoides.
EL HIPOCAMPO
Aunque debemos dejar en manos de los antropólogos y de los etnobotánicos la investigación de por qué tenemos receptores cannabinoides, sabemos dónde están localizados en el cerebro, lo cual nos puede audar a comprender los efectos de la marihuana. El hipocampo está vitalmente involucrado en la formación de nuevos recuerdos y tiene una alta combinación de receptores cannabinoides. No es sorprendente que el principal efecto negativo de la marihuana sobre la actividad mental sea la inhibición de la formación de recuerdos.
Pero, la cuestión es más complicada. Estudios recientes con animales han demostrado que varios de los efectos del THC son muy diferentes en los adolescentes que en los adultos. Por ejemplo, con respecto al aprendizaje y la memoria, el THC interrumpe la capacidad de aprendizaje en animales adolescentes más fuertemente que en animales adultos. En este momento no estamos seguros de si esto se debe a un efecto más fuerte en las acciones del hipocampo relacionadas con la memoria, pero los primeros hallazgos sugieren que esto puede ser así. Además, recientemente se ha demostrado que el THC produce menos efectos secundarios desagradables como la ansiedad y la aversión en los adolescentes que en los adultos. La decisión del consumidor para continuar tomando la droga depende de que el placer sea mayor que el dolor. Entonces, si los efectos negativos del THC se sienten menos en el caso de los adolescentes, simplemente pueden encontrar que es más placentero usar el THC que los adultos, lo cual incrementa su riesgo de uso más frecuente y las consecuencias negativas que ello puede conllevar, lo mismo que en el caso del alcohol.
Estos estudios, independientemente de que evalúen los efectos en adolescentes o en adultos, plantean una pregunta importante sobre las consecuencias del uso repetido de la marihuana: la marihuana mata las células cerebrales? Por ahora, el peso de la evidencia científica sugiere que en las dosis y en los períodos de tiempo que la mayoría de la gente consume marihuana, la respuesta es negativa. Algunos estudios con ratas han investigado los efectos del THC en varias áreas del cerebro, incluído el hipocampo, suministrándoles a las ratas dosis muy altas de THC durante largos períodos de tiempo. Aunque algunos de estos estudios sugieren que puede ocurrir algún daño, la forma en que los experimentos se llevaron a cabo plantea pregunta sobre la relevancia de los resultados. Los estudios que muestran estos efectos en las células del hipocampo generalmente exponen a los animales a altas concentraciones de THC todos los días durante varios meses ( un porcentaje sustancial de la vida de la rata). En muchos estudios los animales de este tipo, las dosis suministradas son cientos de veces más altas que las que consumiría un ser humano en un momento dado. Cuando los investigadores administraron dosis menores, se observaron efectos menos severos en el hipocampo, aún cuando la droga se administró durante períodos dos veces más largos. Pero incluso las dosis más bajas suministradas a los animales fueron más altas, se administraron con mayor frecuencia y durante períodos de tiempo más largos de lo que los consumidores de marihuana podrían consumir nunca. Un estudio usó concentraciones realista de THC para constatar si esto disminuiría las oportunidades de células jóvenes del hipocampo de las ratas para sobrevivir en cultivo ( esto es, crecer en un medio artificial fuera del cuerpo). En efecto, la presencia de THC parece disminuir las oportunidades de supervivencia de estas células. Otro estudio también mostró que las drogas similares al THC disminuyen la capacidad de las células del hipocampo en cultivo para hacer conexiones con otras células de cultivo. Aunque otros estudios deben poner alerta sobre el consumo de marihuana, es muy importante tomar los resultados con el beneficio de la duda, dadas las circunstancias excepcionales en que se observaron los resultados.
Algunos experimentos han usado monos rhesus para evaluar los efectos de una exposición diaria a una cantidad razonable de marihuana durante un año. Al final del estudio se examinó el cerebro de los animales y no se encontraron pruebas de cambios importantes permanentes en las neuronas o de muerte neuronal. La exposición crónica al THC bien podría causar cambios prolongados en la organización del cerebro o en la química de las neuronas, pero es difícil de detectar. Si la exposición prolongada se produce mientras el cerebro madura (en la niñez o en la adolescencia) entonces los cambios podrían ser muy importantes, si bien en estos momentos no hay datos biológicos que apoyen esta afirmación. Pero algunos estudios con seres humanos muestran que el uso prolongado de marihuana puede tener efectos duraderos aun después de dejar de consumir la droga; sutiles cambios en el cerebro pueden estar detrás de estos efectos.
Entonces, qué debemos pensar acerca de las investigaciones con animales? No son perfectas ni nos pueden dar una respuesta definitiva, pero hay buenos motivos para tener en cuenta los resultados. Esto es particularmente cierto para los estudios sobre el hipocampo, aunque esa estructura en las ratas en notablemente similar a la de los seres humanos, tanto en apariencia como en funcionamiento (esto es, favorecer la memoria). Aunque es poco probable que ocurra un daño profundo del hipocampo como el que se observa en estos estudios, a menos que se trate del consumidor más empedernido del mundo, efectos menos severos podrían ocurrir debido al consumo más moderado. El consumidor puede arriesgarse a dañar sutilmente los circuitos del hipocampo sin causar déficits de memoria notorios. Los circuitos pueden ser menos precisos de lo que hubieran sido sin el consumo, pero no lo sabemos con seguridad.
OTRAS ÁREAS CEREBRALES
Otras áreas del cerebro particularmente ricas en receptores cannabinoides son el cerebelo y los ganglios basales. Esta áreas ayudan a coordinar y regular nuestros movimientos, y se sabe que la marihuana también interrumpe estas funciones. Los receptores cannabinoides, no obstante, no se encuentran en el tallo cerebral que es vital para respirar. Esto puede explicar por qué es prácticamente imposible tomar una sobredosis letal de marihuana.
EFECTOS EN OTRAS PARTES DEL ORGANISMO
En el sistema inmunológico
Representa el complejo de estructuras, células y sustancias químicas que luchan contra las infecciones y la enfermedad. Se han detectado dos tipos diferentes de receptores cannabinoides: uno muy concentrado en el cerebro y otro también muy concentrado en algunas células del sistema inmunológico.
Hasta el momento, no hay suficientes estudios fiables acerca de los efectos del THC sobre la función inmunológica humana para plantear un argumento convincente a favor de una tesis u otra.
En el corazón:
Aumenta el ritmo cardíaco y reduce la eficiencia cardíaca durante el ejercicio; pero no hay pruebas concluyentes de que fumar marihuana sea la causa directa de enfermedades cardíacas o de infarto.
En los pulmones
Aunque existen rumores de que el humo de la marihuana es diez y hasta cien veces más tóxico para los pulmones que el humo del tabaco, la verdad es que el humo de la marihuana y el del tabaco son bastante similares. Muchos de los compuestos tóxicos como el alquitrán, el monóxido de carbono y el cianuro, se encuentran en niveles comparables en ambos tipo de humo. Un conocido cancerígeno, el benzopireno, se encuentra en ambos, pero en mayor concentración en el humo de la marihuana, mientras que las nitrosaminas, específicas del tabaco, solo aparecen en el humo del tabaco. Hasta el momento no hay pruebas que relacionen directamente a la marihuana con el cáncer del pulmón, pero tarde o temprano esa relación se establecerá.
En el sistema reproductivo
Aunque la marihuana no hace que la gente sea estéril, como a veces se oye decir, es cierto que a veces a largo plazo afecta a la función reproductiva. Mediante sus efectos en el cerebro, la marihuana suprime la producción de hormonas que ayudan a regular el sistema reproductivo. En los hombres esto se traduce en un menor número de espermatozoides y, ocasionalmente, en disfunción eréctil (impotencia) causada por altas dosis durante períodos largos de consumo. En las mujeres se pueden apreciar irregularidades en los ciclos menstruales. Aunque estos efectos casi nunca producen infertilidad total, pueden disminuir las probabilidades de concepción.
Otros efectos hormonales en hombres en hombres pueden producir el desarrollo de tejido pectoral (el término científico es ginecomastia), un efecto que generalmente no es apreciado por ellos. Es causado por la capacidad de la marihuana de incrementar la hormona prolactina.
Este tema fue tomado del libro colocados de los siguientes autores:
Dra. Cynria Kuhn, Dr. Scott Swartzwelder, Dr. Wilkie Wilson.
Comentarios del autor del blog:
La marihuana y sus efectos es un tema de mucha actualidad, ya que mucho se habla de legalización (aunque a veces no se comprende este término) , y estamos viendo experiencias en países cercanos a Ecuador sobre el tratamiento de esta planta; consideramos un compromiso poner a consideración de la comunidad, todo lo que pueda aportar a comprender mejor los efectos que la marihuana pueda causar al organismo , de una manera científica y argumentada como se lo plantea en colocados.
Cada persona obtendrá su propia conclusión y tomará las decisiones que considere pertinente.