Generalmente la adicción empieza experimentando ocasionalmente, a menudo con inhalación, o aplicación subcutánea, o consumo solo los fines de semana; al cabo de unos cuentos meses se acelera gradualmente hasta llegar al consumo continuo con intervalos de cuatro a seis horas. El aspecto sorprendente acerca de la adicción es que con frecuencia termina. Muchos consumidores de drogas opiáceas siguen este patrón de diez a quince años y luego lo abandonan, muchas veces sin requerir un tratamiento prolongado. La explicación no es del todo clara, pero es probable que se deba a una serie de factores sociales y físicos.
SOBREDOSIS DE DROGAS OPIÁCEAS Y TOXICIDAD
Efectos a corto plazo
Otra desventaja del consumo de opiáceos es que tiene muchos efectos físicos de estimulación simultánea de todos los receptores del organismo. Existe posibilidad de muerte por sobredosis. Sin duda, el efecto más peligroso de las drogas opiáceas, y la principal causa de muerte, es la supresión respiratoria que puede ser factual a los pocos minutos de aplicarse una inyección. No se produce por un efecto acumulativo de toxicidad, sino que puede darse con una sola dosis. Normalmente, en este punto el paciente está sedado, somnoliento y con alas pupilas contraídas. La causa más común de sobredosis es que el consumidor recibe una dosis mucho más alta de la esperada. La composición de la heroína que se compra en la calle varía considerablemente y el consumidor nunca sabe realmente qué obtiene. En algunos casos puede encontrase pura en un 70 por ciento o tan baja como un 10 por ciento. En ocasiones , no hay un grado suficiente de tolerancia para compensar diferencias tan grandes en las dosis. Con dosis exageradamente altas pueden presentarse crisis epilépticas, especialmente en bebes y niños que sufren sobredosis al consumir una droga destinada a personas adultas. Las crisis epilépticas son menos frecuentes en consumidores adultos habituales, pero obviamente pueden ser peligrosas.
El consumo de narcóticos en combinación con otras sustancias psicotrópicas, como por ejemplo alcohol, aumenta el peligro de muerte. Un brote de muertes en Texas en los años 2005 y 2007 se produjo por una combinación de heroína de alquitrán negro y medicamentos molidos para el catarro que contenían el antihistamínico difenhidramina. Esta combinación de narcótico y antihistamínico es una de las favoritas de los adictos hace mucho tiempo porque la antihistamina aumenta el viaje producido por la droga narcótica. En el caso de adolescentes que consumían la droga, esta combinación tuvo resultados fatales. Si después del chute ( inyección ) el consumidor sigue respirando, en realidad no hay mucho de qué preocuparse. Los otros efectos secundarios son desagradables, pero no peligrosos: náuseas y vómitos, estreñimiento y trastornos urinarios. En ocasiones los opiáceos producen enrojecimiento de la piel y prurito. Esto sucede porque la morfina probablemente libera histamina, una de las moléculas que intervienen en las reacciones alérgicas de la piel.
Si las personas adictas a los opiáceos gozaran de buena salud, no sería grave, pero desafortunadamente ese no suele ser el caso. Por lo general los adictos son individuos desnutridos, con mala salud, adictos al alcohol u otro tipo de drogas. Los efectos de los opiáceos en la presión sanguínea son leves en la mayoría de las personas, pero pueden ser más graves en aquellas que sufren afecciones cardiovasculares. Así mismo, la constricción de los conductos biliares puede provocar espasmos, que son muy dolorosos en pacientes con trastornos de los conductos biliares.
La presencia de agentes contaminantes en la heroína, sea inyectable o inhalada preparadas ilegalmente representa otro gran peligro. Dependiendo de la fuente ( que generalmente se desconoce) la heroína puede estar contaminada con quinina, y otros componentes inactivos , e incluso con talco. Algunas supuestas sobredosis de heroína son en realidad trastornos provocados por esos agentes contaminantes ( ketamina, dialtezeam, y muchos otros).
Efectos a largo plazo
Qué son los efectos a largo plazo y cuáles son peligrosos ? Es posible que la respuesta sorprenda al lector. A uno de nuestros profesores, un sabio y antiguo farmacólogo llamado Frederick Bernheim, le agradaba pararse frente a la clase en la facultad de medicina y decir que si no les molestaba ser impotentes y sufrir estreñimiento, entonces la adicción a las drogas opiáceas realmente no era tan grave. Es probable que hoy día su afirmación no resultara tan graciosa, pero hay algo de cierto en ella.
Las consecuencias a largo plazo del consumo de drogas opiáceas en los sistemas del organismo son, como daba a entender nuestro profesor, un tanto benignas. Es cierto que los hombres adictos pueden ser impotentes y que el consumo de drogas puede afectar a la función sexual tanto en hombres como en mujeres. Con frecuencia en las mujeres de interrumpe el ciclo menstrual y en los hombres disminuye la producción de espermatozoides. Las personas que consumen drogas opiáceas durante tiempo también sufren estreñimiento crónico, como lo describía el profesor. En términos generales, los toxicómanos pierden peso porque no se alimentan bien por dedicar todo su tiempo a la búsqueda de la droga. De lo contrario las drogas opiáceas en sí no representan un peligro para los sistemas orgánicos, a diferencia de lo que ocurre con el consumo habitual de bebidas alcohólicas.
Nada de lo dicho anteriormente parece ser muy nocivo, pero hay otras consideraciones de importancia. En primer lugar, en cualquier patrón de consumo compulsivo de droga, el consumidor tiende a hacer caso omiso de todo. Lo único que le preocupa es obtener la droga. Por consiguiente descuida su salud, generalmente no se alimenta bien y sufre otras complicaciones por no cuidarse. Además, participan en actividades peligrosas asociadas con la obtención y el consumo de la droga.
HEROÍNA INHALADA
La reciente popularidad de la heroína inhalada está motivada en gran parte por el deseo de evitar el uso de agujas. En las personas infectadas de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, los efectos potenciales de las drogas opiáceas en el sistema inmunológico son preocupantes. Las drogas opiáceas parecen deprimir el funcionamiento del sistema inmunológico, y gran parte de las células inmunes están cargadas de receptores opiáceos: numerosos estudios han demostrado cambios en la función inmunológica de las células cuando se exponen a drogas opiáceas.
Aunque los opiáceos en sí mismo no son particularmente tóxicos para las neuronas ( a diferencia del alcohol ), la depresión repetida de la respiración causada por el consumo continuo puede producir cambios cerebrales asociados con la hipoxia ( niveles bajo de oxígeno en la sangre ). Los toxicómanos de larga duración, no respiran lo suficiente para mantener niveles normales de oxígeno en la sangre, y aunque este problema no es específico de los opiáceos, sí es un efecto secundario potencial que puede tener consecuencias a largo plazo.
TRATAMIENTO EN CASO DE SOBREDOSIS Y ADICCIÓN
En caso caso de sobredosis, el antoganista opiáceo naloxona ( Narcan ) revierte casi de inmediato la depresión respiratoria. Curar la adicción a los opiáceos es otra cuestión muy distinta. Al igual que lo que ocurre con otras adicciones, no existe una solución fácil para lograrlo.
Además hay dos medicamentos muy efectivos que han sido testados en el tratamiento de la adicción a los narcóticos. La metadona es un opiáceo de acción prolongada que puede administrarse a los pacientes tratados en programas de consulta externa. La idea de esa estrategia es permitir al adicto evitar el síndrome de abstinencia y la necesidad constante de procurarse drogas. Otra ventaja que ofrece la metadona es que se administra por vía oral sin el riesgo que implica la aplicación intravenosa, y se puede controlar la dosificación disminuyéndola gradualmente. A pesar de que muchas personas se quejan de que este método simplemente sustituye una adicción por otra sin abordar las razones de tipo social y psicológico de la adicción, en los pacientes se observa una mejora en la calidad de vida. El resultado final es que la metadona funciona y mejora las condiciones de vida.
Recientemente se ha probado el uso de otra droga opiácea, la buprenorfina, esta evita que antagonistas efectivos como la heroína lleguen a los receptores. Así tiene suficiente actividad para evitar el síndrome de abstinencia. La persona adicta no se coloca con buprenorfina y tampoco puede hacerlo con heroína.
No es tan fácil creer en algunos tratamientos novedosos recientes. Algunos médicos están implantando bajo la piel gránulos que contienen preparaciones de acción prolongada del antagonista opiáceo naltrexona. Mientras dura el efecto este impide al consumidor alcanzar su viaje, pero ese es precisamente el problema. El efecto de los gránulos se agota y el consumidor sencillamente vuelve a inyectarse.
Por último, los científicos estudian la ibogaína, una sustancia química extraída de un arbusto africano, debido a algunos informes sensacionalistas del mundo clandestino de la adicción según los cuales una sola experiencia con ibogaína lleva a abandonar para siempre las drogas opiáceas. La ibogaína es un alucinógeno y, aunque la investigación progresa, parece poco probable que algún día tenga éxito como tratamiento importante en la adicción de drogas opiáceas debido a que tiene profundos e impredecibles efectos psicotrópicos.
Con la finalidad de proporcionar más información especializada y que proviene de reconocidos profesionales que generan conocimiento y aportes a las ciencias en el campo de drogas, adjunto un archivo que complementaría lo aportado por los autores del libro colocados ( Dra. Cynthia Khn, Dr. Scott Swartzwelder, Dr. Wilkie Wilson, Lcda. Leigh Heather Wilson y Lcdo. JeremyFoster. )
Heroína, artículo
PREVENCIÓN
Si las personas usan "H" para escapar de una realidad dolorosa, asfixiante que generalmente lo conforman los contextos familiares , educativos y sociales; lo que debemos hacer es acercarnos a esas personas para conversar con ellas y conocer la realidad de esos contextos para intervenir de manera educativa y conjuntamente con ellas lograr transformarlos o, en su defecto, proporcionar las herramientas necesarias para mejorar la convivencia en esos contextos..
Efectos a largo plazo
Qué son los efectos a largo plazo y cuáles son peligrosos ? Es posible que la respuesta sorprenda al lector. A uno de nuestros profesores, un sabio y antiguo farmacólogo llamado Frederick Bernheim, le agradaba pararse frente a la clase en la facultad de medicina y decir que si no les molestaba ser impotentes y sufrir estreñimiento, entonces la adicción a las drogas opiáceas realmente no era tan grave. Es probable que hoy día su afirmación no resultara tan graciosa, pero hay algo de cierto en ella.
Las consecuencias a largo plazo del consumo de drogas opiáceas en los sistemas del organismo son, como daba a entender nuestro profesor, un tanto benignas. Es cierto que los hombres adictos pueden ser impotentes y que el consumo de drogas puede afectar a la función sexual tanto en hombres como en mujeres. Con frecuencia en las mujeres de interrumpe el ciclo menstrual y en los hombres disminuye la producción de espermatozoides. Las personas que consumen drogas opiáceas durante tiempo también sufren estreñimiento crónico, como lo describía el profesor. En términos generales, los toxicómanos pierden peso porque no se alimentan bien por dedicar todo su tiempo a la búsqueda de la droga. De lo contrario las drogas opiáceas en sí no representan un peligro para los sistemas orgánicos, a diferencia de lo que ocurre con el consumo habitual de bebidas alcohólicas.
Nada de lo dicho anteriormente parece ser muy nocivo, pero hay otras consideraciones de importancia. En primer lugar, en cualquier patrón de consumo compulsivo de droga, el consumidor tiende a hacer caso omiso de todo. Lo único que le preocupa es obtener la droga. Por consiguiente descuida su salud, generalmente no se alimenta bien y sufre otras complicaciones por no cuidarse. Además, participan en actividades peligrosas asociadas con la obtención y el consumo de la droga.
HEROÍNA INHALADA
La reciente popularidad de la heroína inhalada está motivada en gran parte por el deseo de evitar el uso de agujas. En las personas infectadas de VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, los efectos potenciales de las drogas opiáceas en el sistema inmunológico son preocupantes. Las drogas opiáceas parecen deprimir el funcionamiento del sistema inmunológico, y gran parte de las células inmunes están cargadas de receptores opiáceos: numerosos estudios han demostrado cambios en la función inmunológica de las células cuando se exponen a drogas opiáceas.
Aunque los opiáceos en sí mismo no son particularmente tóxicos para las neuronas ( a diferencia del alcohol ), la depresión repetida de la respiración causada por el consumo continuo puede producir cambios cerebrales asociados con la hipoxia ( niveles bajo de oxígeno en la sangre ). Los toxicómanos de larga duración, no respiran lo suficiente para mantener niveles normales de oxígeno en la sangre, y aunque este problema no es específico de los opiáceos, sí es un efecto secundario potencial que puede tener consecuencias a largo plazo.
TRATAMIENTO EN CASO DE SOBREDOSIS Y ADICCIÓN
En caso caso de sobredosis, el antoganista opiáceo naloxona ( Narcan ) revierte casi de inmediato la depresión respiratoria. Curar la adicción a los opiáceos es otra cuestión muy distinta. Al igual que lo que ocurre con otras adicciones, no existe una solución fácil para lograrlo.
Además hay dos medicamentos muy efectivos que han sido testados en el tratamiento de la adicción a los narcóticos. La metadona es un opiáceo de acción prolongada que puede administrarse a los pacientes tratados en programas de consulta externa. La idea de esa estrategia es permitir al adicto evitar el síndrome de abstinencia y la necesidad constante de procurarse drogas. Otra ventaja que ofrece la metadona es que se administra por vía oral sin el riesgo que implica la aplicación intravenosa, y se puede controlar la dosificación disminuyéndola gradualmente. A pesar de que muchas personas se quejan de que este método simplemente sustituye una adicción por otra sin abordar las razones de tipo social y psicológico de la adicción, en los pacientes se observa una mejora en la calidad de vida. El resultado final es que la metadona funciona y mejora las condiciones de vida.
Recientemente se ha probado el uso de otra droga opiácea, la buprenorfina, esta evita que antagonistas efectivos como la heroína lleguen a los receptores. Así tiene suficiente actividad para evitar el síndrome de abstinencia. La persona adicta no se coloca con buprenorfina y tampoco puede hacerlo con heroína.
No es tan fácil creer en algunos tratamientos novedosos recientes. Algunos médicos están implantando bajo la piel gránulos que contienen preparaciones de acción prolongada del antagonista opiáceo naltrexona. Mientras dura el efecto este impide al consumidor alcanzar su viaje, pero ese es precisamente el problema. El efecto de los gránulos se agota y el consumidor sencillamente vuelve a inyectarse.
Por último, los científicos estudian la ibogaína, una sustancia química extraída de un arbusto africano, debido a algunos informes sensacionalistas del mundo clandestino de la adicción según los cuales una sola experiencia con ibogaína lleva a abandonar para siempre las drogas opiáceas. La ibogaína es un alucinógeno y, aunque la investigación progresa, parece poco probable que algún día tenga éxito como tratamiento importante en la adicción de drogas opiáceas debido a que tiene profundos e impredecibles efectos psicotrópicos.
Con la finalidad de proporcionar más información especializada y que proviene de reconocidos profesionales que generan conocimiento y aportes a las ciencias en el campo de drogas, adjunto un archivo que complementaría lo aportado por los autores del libro colocados ( Dra. Cynthia Khn, Dr. Scott Swartzwelder, Dr. Wilkie Wilson, Lcda. Leigh Heather Wilson y Lcdo. JeremyFoster. )
Heroína, artículo
PREVENCIÓN
Si las personas usan "H" para escapar de una realidad dolorosa, asfixiante que generalmente lo conforman los contextos familiares , educativos y sociales; lo que debemos hacer es acercarnos a esas personas para conversar con ellas y conocer la realidad de esos contextos para intervenir de manera educativa y conjuntamente con ellas lograr transformarlos o, en su defecto, proporcionar las herramientas necesarias para mejorar la convivencia en esos contextos..
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