Resulta muy frecuente escuchar que los jóvenes no tienen disciplina, que es necesario aplicar castigos ante cualquier falta; que nuestros padres antiguamente ejercían autoridad, que los profesores eran respetados y se hacían respetar en el aula; en definitiva, que los niñ@s, adolescentes y jóvenes eran más respetuosos antes que ahora.
Vamos a apoyarnos en Elsa Punset para orientar a docentes y padres sobre conceptos básicos de disciplina, castigo, consecuencias y su estrecha relación con la prevención de drogas.
Disciplina.- Viene de la palabra griega que significa "entrenar", destacamos lo dicho por Gary Chapman, quien asegura que los padres dedican más de una década para entrenar a sus hijos hasta un nivel aceptable de autodisciplina , sin contar con el estadio infantil, que requiere un control total de los hijos . Este es el camino hacia la madurez que todos los niños deben recorrer. Es una labor ingente para los padres, que requiere:
Sabiduría
Imaginación
Paciencia y mucho amor.
El niño debe ser aceptado por los padres, bajo ningún aspecto ser considerado una carga para ellos; esto ayudará a que crezca sin resentimientos ni hostilidad; peor aún percibir el castigo como una manera de que sus padres no quieren atenderlo, lo cual hará que crezca con baja autoestima y resentimiento hacia sus ellos. Muchas personas piensan que el papel de los padres es castigar al hijo, enderezarlo para que encaje en una forma de vida determinada, para lo cual aplican criterios de dureza y restricción; acompañados de poco afecto, lo cual desconoce la importancia de alimentar emocionalmente a sus hijos.
Esta forma restringida de la disciplina, en la cual el castigo es lo más importante, desconocen la existencia de otras formas e comunicarnos con nuestros hijos, tales como:
Hablar
Discutir
Aclarar y resolver verbalmente una situación
Los hijos admiten mejor las normas que se han consensuado con ellos.
El castigo
El castigo, que para muchos padres es sinónimo de disciplina, es en realidad sólo una de sus expresiones y también es la más negativa. Cuanto más duro es el castigo que se aplica al niño, menos probabilidades existen de que ese niño cambie de actitud o de comportamiento; esto parece ser desconocido por padres y docentes.
El castigo es algo arbitrario, injusto, impuesto por el adulto. El niño se siente humillado y dolido y se rebela interior y exteriormente ante el castigo. La palabra castigo es una palabra cargada de connotaciones negativas.
Las consecuencias
En la naturaleza no hay errores, sino consecuencias.
Las consecuencias no son arbitrarias porque están directamente relacionadas con el mal comportamiento. Si un niñ@ raya un banco, lo tiene que pintar, pero no le impiden que pueda salir con sus amigos a jugar. Aplicar consecuencias como lo hace la naturaleza: si camina distraído, se cae.
Aplicar consecuencias no significa humillar ni sermonear al niñ@, ya que no se pretende que las consecuencias duelan, sino que ayuden al niñ@, adolescente o joven a responsabilizares de su comportamiento.
No centrarse en las debilidades de la persona, sino en sus reales capacidades, es muy importante tener en cuenta esto cuando se pretende modificar comportamientos. El estrés tiende a bloquear psíquica y emocionalmente a la persona y, a él se llega con comunicaciones verbales y no verbales: palabras, miradas, intenciones o contactos físicos.
Escuela, colegio y familia, son los lugares donde se genera más estrés; esto podemos cambiarlo en cuanto mejoremos nuestra comunicación y la manera de relacionarnos.
La meta de la disciplina
Es conseguir que el control que ejercen los padres sobre los hijos ceda paulatinamente a medida que estos aprenden a disciplinarse a sí mismos. La disciplina parental enseña a los hijos el autocontrol y la tolerancia a la frustración, poco a poco ellos necesitarán menos regulación y disciplina externa para convivir en sociedad. Aprender a responsabilizarse de sus propias acciones aportará muchos beneficios, entre ellos aprender a no culpabilizar a los demás en todos sus problemas.
Para poder responsabilizarse, es necesario que se tenga la libertad de poder elegir, lo que nos pone frente a la necesidad de escuchar y respetar las preferencias de nuestros hijos. No debemos tomar decisiones por ellos , ni asumir la responsabilidad de sus aprendizajes. Esto requiere que permitamos que los hijos tomen iniciativas, se responsabilicen por ellas ; es decir esto va a aumentar su motivación en la toma de decisiones; a menor responsabilidad, menor motivación.
La disciplina es un camino hacia la libertad
Libertad no es la última palabra, sino la primera
Libertad no es el fin del camino, sino el inicio del mismo
Libertad es el camino que abre la puerta de la responsabilidad
Es un hombre libre porque ha aprendido a ejercer su propia disciplina. Feliz porque puede elegir y cumplir las responsabilidades que tiene con los demás y consigo mismo, como parte intrínseca y bien adaptada de su comunidad, como miembro de la fraternidad que lo circunda.
Corrija en privado
Nunca exponga al niñ@ , adolescente o al joven a burlas o a la mirada de los demás, por respeto hacia él.
Si el niñ@ , adolescente o el joven muestra arrepentimiento, se debe interrumpir la medida disciplinaria, ya no es necesaria y, cuando el niñ@ , adolescente o el joven experimenta que sus padres y docentes lo perdonan, aprende a perdonarse a sí mismo y más adelante a los demás.
En la ciencia, el cambio de opinión no se lamenta, se celebra.
Cualquier aprendizaje que no se haya concluido satisfactoriamente en la etapa infantil y juvenil representará un lastre personal y social que el adulto talvez ya no tenga oportunidad de corregir. Padres e hijos pueden aprender a ver las crisis emocionales como oportunidades para el aprendizaje emocional y la resolución de problemas.
Ignorar los problemas no los hará desaparecer: es preferible enfrentarse a ellos con agilidad, cuando aún tienen una proporción manejable. La familia es el lugar idóneo, emocionalmente seguro, donde padres e hijos pueden practicar la resolución de los conflictos, el manejo de la ira y la escucha empática.
El hogar representa un microcosmos donde ensayar y asimilar las herramientas que nos facilitarán una convivencia pacífica con los demás en el futuro. Así se construye la paz y se da la espalda a la violencia; no con campañas y frases que no tienen ninguna posibilidad de encarnarse en la vida de los niñ@s , adolescentes y jóvenes.
Prevención
Es un proceso de construcción colectiva que tiene como objetivo fundamental el desarrollo de las potencialidades del ser humano, para identificar y enfrentar los problemas cotidianos con mejores herramientas.
Muchos niñas , adolescentes y jóvenes recibieron de parte de padres y docentes castigos en lugar de disciplina, que los marcaron negativamente en la vida y, de manera irónica nos preguntamos:
Porqué hay tanta violencia ?
Porqué hay tanto consumo de drogas ?
Las carreras, maratones, marchas "contra drogas", corrigen en algo estos comportamientos ?
Las charlas, conferencias aportan en algo a la modificación de comportamientos?
El trabajo serio en el campo de prevención debe darse en la familia, con los padres y en la escuela/colegio, con los docentes; si docentes y padres no cambian, sus hijos y estudiantes tampoco lo harán.
La verdadera prevención no es ni punitiva ni prohibicionista; sino educativa.
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