domingo, 15 de febrero de 2015

DROGAS, ADICCIONES, EMOCIONES, FELICIDAD Y BIENESTAR


Con la finalidad de clarificar diversos conceptos y plantear orientaciones para aterrizarlos en territorio como se dice actualmente; vamos a tomar varios elementos del libro Brújula para navegantes emocionales de Elsa Punset que consideramos apropiados para concretar conceptualizaciones.

LA BASE DE LA ADICCIÓN

Los especialistas recalcan que cualquier cosa que usemos para manipular los sistemas de la dopamina o la endorfina, es muy adictiva. Causa mucho placer, pero también afecta a los circuitos y a los receptores de estos transmisores, por lo que una persona necesita cada vez más estimulación para conseguir el mismo nivel de placer. Esta es la base de la adicción. Las anfetaminas y la cocaína,por ejemplo, afectan a la dopamina; y la heroína y la morfina afectan al sistema de las endorfinas.

Las endócrinas.- Son pépticos opioides endógenos que funcionan como neurotransmisores. Son producidas por la glándula pituitaria y el hipotálamo en vertebrados durante el ejercicio físico. la excitación, el dolor, el consumo de alimentos picantes o el consumo de chocolate, el enamoramiento y el orgasmo, y son similares a los opiáceos en su efecto analgésico y de sensación de bienestar.

Pero no todo resulta adictivo: existen dos péptidos, la oxitoxina y la vasopresina, que forman parte de los ciclos adictivos, y cuyos receptores también ejercen un impacto sobre los centros de recompensa de cerebro; concretamente podrían modular la ansiedad y fomentar las emociones sociales.

La adicción, sin embargo, no surge sólo en el caso del consumo de drogas. El anhelo fuerte por algo proviene probablemente de los sistemas de dopamina que inducen placer. Esto nos lleva a querer conquistar determinadas metas y a sentir satisfacción cuando lo conseguimos. Pero si sobredimensionamos estos sistemas, decrece la capacidad habitual para sentir placer o satisfacción. Así se fomenta también el comportamiento adictivo, porque queremos volver a experimentar la sensación de placer y de alguna manera nos vemos atrapados en un engranaje que nos obliga a estimular los centros de recompensa para sentir placer, pero que nos impide, a riesgo de caer en la adicción, sentir placer de forma ininterrumpida. La interrupción de los estados de placer o de felicidad pueden resultar muy frustrantes para quien pretenda ser siempre feliz.


Joseph LeDoux, llama a esta búsqueda incesante de la felicidad humana, "la tiranía de la felicidad": 
"Creo que uno de los problemas con el concepto de la felicidad es...que esa sensación de no poder salir a la calle y agarrar la felicidad hace sentir mal a la gente. Una buena vida depende en cierta medida, inevitablemente, de las emociones negativas...Necesitas un contraste para poder disfrutar de una buena vida".

Aristóteles decía que el ser humano tendía siempre a buscar la felicidad como una meta o un fin, como un estado de bienestar ideal y permanente que debe alcanzar.

Lo que se sabe a ciencia cierta es que no estamos programados , en cuerpo y mente para ser constantemente felices.

ESTIMULAR LAS EMOCIONES POSITIVAS

Para lograr una vida rica en  emociones positivas es necesario, el fomento consciente de esas emociones. Para ello resulta necesario comprender que nuestras emociones dependen en gran parte del sistema nervioso autónomo. Este se divide en dos:

El sistema simpático: activa las emociones estresantes

El sistema parasimpático: regula las sensaciones asociadas a la relajación

Formas de activar el sistema parasimpático:

a) La meditación
b) Las relaciones amorosas satisfactorias
c) El contacto con los animales de compañía
d) Las relaciones interpersonales basadas en la ayuda y la compasión
e) La práctica del ejercicio moderado

Todas estas actividades ayudan a fomentar estados de bienestar que refuerzan nuestra salud y nos proporcionan felicidad. Lo importante es recrear conscientemente estados de renovación para poder enfrentarnos sanamente a los retos estresantes de la vida diaria; para lo cual existen dos condiciones básicas:

a) El autoconocimiento
b) Reconocer que el soporte biológico afecta de forma profunda a nuestra mente y a nuestras emociones.

Una vida saludable requiere dormir las horas necesarias; llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio moderado. Un cuerpo cansado y maltratado, sin embargo, difícilmente puede albergar fuerzas y recursos suficientes para el fomento de las emociones positivas.

EJES DE RENOVACIÓN Y FOMENTO DE LAS EMOCIONES POSITIVAS.

1. Fluir. - Describe el estado en que una persona está absorta en una actividad que le produce gran satisfacción, perdiendo así el sentido del tiempo y de cualquier estímulo externo. Es una vivencia intensa, pero controlable y no dolorosa

2. Fomentar la curiosidad.- Estamos programados, como todas especies,  para sentir atracción por la novedad. Esta motivación innata por la novedad nos empuja a explorar e interactuar con nuestro entorno; así aprendemos a sobrevivir en él. La curiosidad es un antídoto contra la desesperanza y la depresión.

3. Desarrollar la creatividad.- La creatividad es la capacidad de plasmar ideas y sentimientos de forma original y estética. Es una de las estrategias fundamentales de la evolución natural porque estimula la resolución de problemas y fomenta la mejora del entorno.

4. Disfrutar conscientemente el momento presente.- Cuando las personas deciden anclarse en lo positivo que tienen en sus vidas, serenan la mente y posibilitan el disfrute de lo que sí tienen. Estar presentes aquí y ahora requiere no proyectarse de forma constante en el futuro y disfrutar en cambio, a consciencia, de los aspectos positivos que nos rodean, que de otros modos pueden desperdiciarse por falta de atención.

5. Modificar deliberadamente nuestro entorno.- Todos tenemos la capacidad de luchar de manera consciente contra el miedo atávico humano al cambio, detectar que eventos o personas nos hacen infelices y evitarlos deliberadamente. También podamos desaprender conductas y creencias que nos hacen infelices.

6. El dinero no da la felicidad.- Una visión consumista de la felicidad tiene dos escollos contundentes:

a) A medida que incrementamos nuestra renta, necesitamos automáticamente aumentarla de nuevo para volver a sentir la misma felicidad o placer; y la tendencia de las personas a compararse socialmente con los demás crea una frustración que el dinero no puede paliar.

7. Fomentar el optimismo.- La persona optimista tiende a intentar encontrar la parte positiva de cualquier situación y busca soluciones para mejorar su vida. Las personas con altos niveles de optimismo y esperanza tienden a salir fortalecidos y a encontrar beneficios incluso en situaciones traumáticas y estresantes.

8. Practicar el humor y la risa.- La risa libera endocrinas conocidas como las hormonas de la felicidad, además de serotonina, dopamina y adrenalina. La explosión de carcajadas provoca algo muy parecido al éxtasis: aporta vitalidad - se activan muchos músculos antes inactivos -, energía e incrementa la actividad cerebral. Es un estímulo eficaz contra el estrés, la depresión y la tristeza. 


9. Soñar.- Joseph Campbell, el mejor especialista en mitos del siglo XX, asevera que el juego del como si libera nuestra mente de las presunciones del dogma que pretende conocer las verdades ocultas, y también nos libera de las limitaciones de la razón, cuyas leyes se aplican tan solo en los límites conocidos de la experiencia humana.

10. Fomentar activamente nuestra visión personal.- La educación y el estrés crean distancias entre el ser ideal y el ser real; eso reto consiste en evitar que estos dos seres se distancien demasiado.

11. Convivir con las limitaciones y las restricciones.- La obstrucción y la frustración dificultan o anulan las posibilidades de salir de una determinada situación.Para enfrentarse a cualquier cambio suele ser necesario aceptar que no todos los sentimientos, ni los propios ni los de los demás, serán positivos.Los reveses sólo son verdaderamente problemáticos cuando la persona no consigue utilizarlos de forma positiva, por ejemplo para detectar o cambiar aspectos de su vida que no lo hacen feliz, estancándose en situaciones negativas sin salida.

La felicidad es la ausencia del miedo, decía Eduardo Punset.











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