Lucio Anneo Séneca.
En esta oportunidad vamos a compartir el pensamiento del Dr. Enrique Echeburúa, sobre un tema que ya no resulta tan novedoso, pero que tiene actualidad por la época en que vivimos y que son producto de más de dos décadas de investigaciones sobre el campo de adicciones.
Juego
Sexo
Comida
Compras
Trabajo
Internet
Todas las adicciones acaban por minar la vida de quienes las sufren y de todos los que le rodean.
En este sentido cobra cobra gran relevancia conocer los factores de vulnerabilidad, que hacen que unas personas tengan más probabilidad de ser adictos que otras.
No olvidemos que muchos llevamos a cabo conductas que pueden producir adicción, pero sólo unos pocos las van a padecer. De ahí que este sea un aspecto de gran relevancia no sólo para el tratamiento sino para la prevención e incluso para el desarrollo de medidas legislativas sobre ciertas conductas que pueden producir - o ya producen- adicción.
El siglo XXI se está caracterizando por las conductas adictivas; es un fenómeno en aumento y otras nuevas adicciones probablemente irán surgiendo en los próximos años.
Las drogas tienen una notable capacidad de aumentar los niveles de un neurotransmisor denominado dopamina. Precisamente el aumento de dopamina en el cerebro de los adictos es lo que provoca el subidón -la sensación de euforia- producido, por ejemplo, por la cocaína. Pero la dopamina puede aumentar también con un contacto sexual, un atracón de comida, el placer de comprar por comprar o el enganche de una máquina tragamonedas. Los sujetos una vez adictos a una sustancia o a una conducta, se habitúan a altas concentraciones de dopamina.
Las drogas tienen una notable capacidad de aumentar los niveles de un neurotransmisor denominado dopamina. Precisamente el aumento de dopamina en el cerebro de los adictos es lo que provoca el subidón -la sensación de euforia- producido, por ejemplo, por la cocaína. Pero la dopamina puede aumentar también con un contacto sexual, un atracón de comida, el placer de comprar por comprar o el enganche de una máquina tragamonedas. Los sujetos una vez adictos a una sustancia o a una conducta, se habitúan a altas concentraciones de dopamina.
La distinción entre drogas duras y drogas blandas es irrelevante. Más que el tipo de sustancia, lo que importa en una toxicomanía es la dependencia y, en último término, la pérdida de libertad de la persona. Los componentes fundamentales de los trastornos adictivos son la pérdida de control y la dependencia.
Cualquier conducta normal placentera tiende a repetirse y es, por ello, susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo. Pero esto sólo ocurre cuando el sujeto muestra una pérdida habitual de control al realizar una determinada conducta, continúa con ella a pesar de las consecuencias negativas, manifiesta una dependencia de la misma, no puede quitársela de la cabeza, se muestra desasosegado si no puede llevarla a cabo de inmediato y por último, pierde interés por otro tipo de actividades que antes le resultaban gratificantes.
LÍMITES ENTRE LAS CONDUCTAS NORMALES Y LAS CONDUCTAS ADICTIVAS
- Pérdida de control
- Fuerte dependencia psicológica
- Pérdida de interés por otras actividades gratificantes
- Interferencia grave en la vida cotidiana.
Las adicciones psicológicas (adicciones sin droga) no figuran incluidas como tales en el DSM-IV (American Psyquiatric Association, 1994) ni en la CIE- IV (Organización Mundial a la Salud, 1992).
Esto lo cuestiona el Dr. Echeburúa, indicando que es un error, ya que el perfil clínico de las adicciones psicológicas y el enfoque terapéutico requerido son muy similares a los del resto de las adicciones. Algunas adicciones como la ludopatía o la adicción al trabajo, están fomentadas por la sociedad actual, en la que prima el éxito y el dinero rápido. Así mismo la adición a las compras no es ajena a los valores sociales, que impulsan al consumo en una sociedad en la que se es tanto más cuando más se tiene y que no ve ningún peligro en el consumo desmesurado.
Vicio es una categoría moral; las adicciones psicológicas, sin embargo, constituyen un trastorno mental.
ADICCIONES PSICOLÓGICAS Y ADICCIONES QUÍMICAS
La experimentación del síndrome de abstinencia es el núcleo fundamental de todas las adicciones, sean estas químicas o psicológicas. Las características más comunes del síndrome de abstinencia son las siguientes:
- Impulso en forma de deseo intenso
- Tensión creciente hasta la ejecución de la conducta
- Desaparición temporal de la tensión
- Vuelta gradual del impulso asociada a estímulos internos y externos
- Condicionamiento secundario a dichos estímulos.
a) Impulso intenso para realizar una conducta que trae consigo efectos perjudiciales para la persona que la ejecuta.
b) Tensión creciente (humor depresivo, irritabilidad, deterioro de la concentración, trastornos del sueño, etc.) hasta que la conducta es llevada a cabo.
c) Desaparición temporal de la tensión.
d) Vuelta gradual del impulso con fuerza creciente, que está asociada a la presencia de estímulos internos (disforia, tensión emocional, aburrimiento, recuerdos del placer experimentado en ocasiones anteriores, etc.) y externos (olor a alimentos en el caso de un adicto a la comida o la visión de una mujer a solas en el caso de un sexoadicto).
e) Condicionamiento secundario a dichos estímulos internos y externos.
Las adiciones psicológicas, no son tan comunes como las adicciones químicas.
Con respecto al síndrome de abstinencia, en ambos tipos de adicciones hay una pérdida de control. Una posible diferencia es que entre las drogas con una dosis se controla el síndrome de abstinencia; en las adiciones psicológicas, por el contrario, el paciente -un jugador patológico o un adicto a las compras, por ejemplo- puede pasar horas, incluso días jugando o comprando sin que ello ponga fin a su abstinencia.
El ser humano necesita alcanzar un nivel de satisfacción global en su vida. Normalmente, éste se obtiene repartido en diversas actividades: la familia, el trabajo, el sexo, la comida, las aficiones, el deporte, etc. Según señala Bertrand Russell en la conquista de la felicidad, el mayor número de aficiones e intereses de una persona está en relación directa con una mayor probabilidad de ser feliz. Las carencias en una dimensión puede compensarse, en cierto modo, con las satisfacciones obtenidas en otra.
Por el contrario, si una persona es incapaz o se siente especialmente frustrada en una o varias de sus facetas, puede entonces centrar su atención en una sola. El riesgo de adicción en estas circunstancias es alto. De este modo, la adicción es una afición patológica que, al causar dependencia, restringe la libertad del ser humano (Alfonso Fernández, 1996).
En algunos casos hay ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones: la impulsividad; la disforia (estado anormal de ánimo que se vivencia subjetivamente como desagradable y que se caracteriza por oscilaciones frecuentes del humor); la intolerancia a los estímulos displacenteros, tanto físicos (dolores, insomnio, fatiga, etc.) como psíquicos (disgustos, preocupaciones, responsabilidades, etc.); y la búsqueda exagerada de sensaciones. Hay veces, sin embargo, en que en la adicción subyace un problema de personalidad -de baja autoestima, ejemplo- o un estilo de afrontamiento inadecuado ante las dificultades cotidianas.
FACTORES PSICOLÓGICOS DE PREDISPOSICIÓN
- Estado de ánimo disfórico
- Intolerancia a los estímulos displacenteros
- Impulsividad
- Búsqueda de sensaciones
- Autoestima baja
En último término se trata de personas que carecen de un afecto consistente y que intentan llenar esa carencia con sustancias químicas (alcohol y otras drogas ) o sin sustancias (compras, juegos, ordenadores o trabajo). Porque el cariño llena de sentido nuestra vida y contribuye de forma decisiva a nuestro equilibrio psicológico.
En resumen, un sujeto con una personalidad vulnerable y una cohesión familiar débil corre un gran riesgo de hacerse adicto si cuenta con un hábito de recompensas inmediatas, tiene el objeto de la adicción a la mano, se siente presionado por el grupo y está sometido a circunstancias de estrés (fracaso escolar, frustraciones afectivas, competitividad, etc.) o de vacío existencial (inactividad, aislamiento social, falta de objetivos, etc.).
INICIO Y MANTENIMIENTO DE LAS ADICCIONES PSICOLÓGICAS
INICIO:
1. Vulnerabilidad psicológica
2. Actividades placenteras
3. Presión social
MANTENIMIENTO:
1. Déficits de autocontrol y del control de impulsos
2. Dependencia
3. Falta de actividades gratificantes
La adicción surge entre las actividades placenteras y la dependencia a ellas
En la siguiente entrega estaremos abordando la adicción al juego.
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