domingo, 9 de diciembre de 2012

QUÉ SON LOS VALORES ?

Los valores son distinciones de configuraciones relacionales que se dan en la convivencia, que obtienen su legitimidad desde el amor.

Todos los valores referidos en la literatura se fundan en una emoción fundamental: el amor, y el amor es el dominio de las acciones que constituyen al otro como un legítimo otro en la convivencia. 

Honestidad
Cooperación
Respeto
Lealtad
Generosidad
Justicia
Responsabilidad
Amistad
Solidaridad...


Los valores de la vida cotidiana se fundan en el amor. El respeto se da en la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia, y donde hay colaboración que se da sólo en el respeto mutuos, desaparecen la arrogancia y la obediencia.

Todos los valores tienen que ver con el amor y son expresión de la armonía social, pues lo social se funda en el amor. Cuándo la valentía es valentía y cuándo es locura ?. El enfrentar un peligro en un contexto que le da a ese enfrentamiento un significado social, es valentía. El enfrentar un peligro sin fundamento social, es locura. En la medida en que tiene un fundamento social, la valentía está fundada en el amor.  


Pero, los valores se aprenden o se enseñan ?

Ni lo uno ni lo otro:

O se viven o se niegan, porque cuando se habla de ellos, ya no están o se hace literatura.

Y entonces qué es el aprender ?

El aprender es convivir, es decir, el aprender se da de una manera o de otra en la transformación que tiene lugar en la convivencia, y consiste en vivir el mundo que surge con el otro.

Las condiciones para la convivencia humana comienzan en la aceptación mutua de la relación materno-infantil, luego se expande en la aceptación de las condiciones de existencia en la comunidad social a la cual se llega a pertenecer.

Al querer generar espacios de respeto mutuo mediante la exigencia, sin embargo, la exigencia es una acción que niega el respeto mutuo. Si queremos crear cooperación mediante la obediencia, aun cuando la obediencia es una exigencia que niega la cooperación. Y más aún cuando se habla del amor como u deber, como algo especial, y nos cegamos a la comprensión de lo social porque no vemos que el amor es la emoción que lo funda; queremos lograr la paz a través de la guerra, y la venganza es la negación de la justicia.

Exigimos al otro que libremente acepte acepte nuestra verdad so pena de ser negado. Pensamos que la obediencia es un valor que dignifica cuando es la negación de sí mismo y del otro; creemos que poseemos poder sin ver que el poder es concedido por el que obedece en un acto en que se niega a sí mismo. En la vida adulta se exige al que accede a ella a cumplir deberes, luchar en defensa de lo propio, aparentar, negar la sensualidad porque el cuerpo se hace obsceno, y, en fin, ser racional en la negación de la emoción como si ésta negase la razón. La vida de la infancia y la vida adulta son, así, totalmente contradictorias, y el vivir en esta contradicción resulta en sufrimientos más o menos aparente según la presencia cotidiana que tenga esta contradicción en el vivir.

Qué es la ética ?

La ética se constituye en la preocupación por las consecuencias que tienen las acciones de uno sobre otro, y adquiere su forma desde la legitimidad del otro con un ser con el cual uno configura un mundo social. La emoción que se funda en lo social es el amor, por eso lo social es un espacio de convivencia que se da desde las acciones que constituyen al otro como un legítimo otro en coexistencia con uno. Por esto también, lo social es un espacio ético y las preocupaciones éticas jamás van más allá del espacio social donde surgen.

Las preocupaciones éticas, por lo tanto, no son en su origen normativas sino "invitantes".

La ética no puede plantearse como exigencia, porque la exigencia niega al otro.

Lo que si cabe agregar es que para que la conducta ética surja hay que permitir que opere la biología del amor, tenemos que devolver al niño la posibilidad de crecer en el amor, en el espacio donde las conductas de los adultos le permitan crecer en respeto por sí mismo y por el otro desde la aceptación de su propia legitimidad.

Con la esperanza de que estas reflexiones de Humberto Maturana, nos sean de utilidad en nuestra convivencia cotidiana para mejorar los contextos educativos, laborales, sociales y comunitarios; seguiremos aportando para fortalecer la comprensión de que sin sujetos no hay contextos y de que los contextos influyen en la formación de los sujetos.

Tendrán vigencia las campañas sobre valores en las instituciones educativas?  Se pueden sembrar valores ?...Las respuestas a estas preguntas, creo que con mucha firmeza y sonoridad nos la da el día a día de nuestra convivencia; y es un NO rotundo: los valores o se viven o se niegan.









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