Mucho se habla sobre lo que es una explicación científica y sobre lo que no lo es; Humberto Maturana nos orienta sobre este particular, de una manera muy sencilla pero con bastante sustento, al indicarnos los siguientes pasos que deben cumplirse para que pueda hablarse de explicación científica:
1. La descripción del fenómeno que se desea explicar como experiencia del observador. Esto es la especificación del fenómeno por explicar describiendo las condiciones que un observador debe satisfacer en sus dominios de experiencias a fin de tener la experiencia por explicar.
2. La proposición de un proceso generativo que como un proceso ad hoc genera el fenómeno por explicar como resultado de su operar en el dominio de las experiencias del observador.
3. La deducción a partir de las coherencias operacionales implícitas en la operación del mecanismo generativo propuesto en 2 ( la proposición ), de otras experiencias no consideradas en su proposición, y de las condiciones que un observador debe satisfacer para tenerlas.
4. La realización y experiencia de lo deducido en 3, por un observador que satisfaga en su dominio de experiencias las condiciones allí requeridas.
Por lo expuesto, una explicación científica consiste en la proposición de un mecanismo generativo, cuya operación da origen al fenómeno por explicar en la experiencia del observador.
Las explicaciones científicas no contienen los rasgos del fenómeno por explicar, sino que estos resultan de los procesos que ellas implican; son proposiciones mecanicistas, y, como tales, consisten en proposiciones de sistemas determinados por su estructura.
Sería deseable que muchas personas al tocar temas relacionados al fenómeno drogas, consideraran estos criterios.
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